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Mostrando las entradas de marzo, 2019

Carta del 21 de octubre de hace muchos años

 Hasta hoy logré animarme a escribir toda la mescolanza en la que he estado bailando desde ayer. Yo sabía lo mal que iba a sentirme, yo sabía que el tiempo no es inextinguible como el dolor de tu ausencia. Yo sabía que me iban a terminar. Ya no siento que pueda escribir mi confesionario en las cartas, ya ni siquiera sé cómo debería sentirme con esta pérdida. A ti, lectore, te incomodo con lo que me ha hecho un ser triste durante los últimos días. Volvía a bailar tangos por el abismo con el humo del cigarrillo que se desenvolvía en nuevas enarmonías de mis pasados más desahuciados. Volví a preocupar a las luciérnagas que nos observaban charlar por las tardes cerca a tu casa y al lago de los patos que perfectamente podría ser un estanque para una película de asesinatos y tragedias. Mi yo consciente de lo que se viene sigue pasmado mientras deshoja los pétalos que solo viven en la memoria del tacto de mis manos. daniel está muy preocupado por saberse en el inicio de un gran dilema. de...

Sea lejos, bastante lejos

Siempre me arrepiento de no mantener nuestras cartas en banales fotos, dígase, díselo, laxo de otra forma. El síntoma, las situaciones El diagnóstico, la existencia. - De un parafraseo de Sartre, (de un parafraseo ya leído). Después de tantos gestos, ademanes, episodios que mantendrán, con el mayor signo, el recuerdo EN la nostalgia (dígase, de nuevo, nostos y algos ), morriña en tu piel. Por favor, menciónese cada elemento que con cada pequeña rima nos acerca, y a su vez, nos distancia de forma miserable como sufrió Dante desde el purgatorio, hasta caer en la cuenta de que ese ser amado solo existió en su psiquis, y, físicamente, era algo más que mental, era reconocerle más que una Beatriz.  Son la suma de gestos el suplicio que sufre el adorador de detalles, es la suma de recuerdos lo que alegra y consume el dolor enamorado, enajenado, indisciplinado, tan franco en toda expresión, donde cada insulto es la añadidura de una nueva inspiración, y cada decepción,...