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Mostrando las entradas de mayo, 2018

Carta del 21 de octubre de hace muchos años

 Hasta hoy logré animarme a escribir toda la mescolanza en la que he estado bailando desde ayer. Yo sabía lo mal que iba a sentirme, yo sabía que el tiempo no es inextinguible como el dolor de tu ausencia. Yo sabía que me iban a terminar. Ya no siento que pueda escribir mi confesionario en las cartas, ya ni siquiera sé cómo debería sentirme con esta pérdida. A ti, lectore, te incomodo con lo que me ha hecho un ser triste durante los últimos días. Volvía a bailar tangos por el abismo con el humo del cigarrillo que se desenvolvía en nuevas enarmonías de mis pasados más desahuciados. Volví a preocupar a las luciérnagas que nos observaban charlar por las tardes cerca a tu casa y al lago de los patos que perfectamente podría ser un estanque para una película de asesinatos y tragedias. Mi yo consciente de lo que se viene sigue pasmado mientras deshoja los pétalos que solo viven en la memoria del tacto de mis manos. daniel está muy preocupado por saberse en el inicio de un gran dilema. de...

Los rituales de la ausencia.

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" Lo malo del después son los despojos  que embalsaman los pájaros del sueño,   los teléfonos que hablan con los ojos,   el sístole sin diástole ni dueño...    ...Lo atroz de la pasión es cuando pasa  cuando, al punto final de los finales,  no le siguen dos puntos suspensivos." -Puntos suspensivos/Joaquín Sabina. "Lo nuestro duró, lo que duran   dos peces de hielo en un güisqui on the rocks."   - 19 días y 500 noches/Joaquín Sabina. Para cuando ella se vaya, concertaré conmigo mismo no estar preparado. No pensaré en los lugares donde estaré lidiando su ausencia y mucho menos lo que beberé mientras lo hago; ni cuánto beberé, desde luego. Cuando ella se vaya igual despertaré con la misma incertidumbre, caminaré con una euforia desconfiada hasta donde normalmente la encontraría, con el corazón en la mano, con la pena y el dolor barrunto, atorados en la garganta, como un presentimiento ...

Poema de Inaniel

Por ojos, Un olivo. Por alma, Una violeta. Inaniel. Recibe las plegarias de este muchacho que ya no cree en Dios. Cuando pienso en ti me llega a la memoria el olor de los mangos y las finas ramas de eucalipto que se desprendían de tu delicada piel. Me llegan a la memoria las tiernas manos de los niños sujetando las faldas de sus madres los domingos en el mercado. Me acuerdo de la sensación del agua del río en mis pies cuando iba camino al lugar donde nunca nos llegamos a encontrar. Siento que pasa la corta vida que he llevado por delante. Para mí no existía el frío cuando me quedaba toda la noche pensando en ti. No existía el reproche de los que decían que sabían amar. No existe aún una razón para dejar de escribirte ante lectores desconocidos, tan desconocidos como pareces ser tú a veces. Tu imagen es a blanco y negro, dentro de un jarrón de espuma y miel que te separa aún más y más de mí. Y te escucho cantar a lo lejos cuando los perros están cantando contigo. Inaniel. Llévate ...