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Mostrando las entradas de mayo, 2017

Carta del 21 de octubre de hace muchos años

 Hasta hoy logré animarme a escribir toda la mescolanza en la que he estado bailando desde ayer. Yo sabía lo mal que iba a sentirme, yo sabía que el tiempo no es inextinguible como el dolor de tu ausencia. Yo sabía que me iban a terminar. Ya no siento que pueda escribir mi confesionario en las cartas, ya ni siquiera sé cómo debería sentirme con esta pérdida. A ti, lectore, te incomodo con lo que me ha hecho un ser triste durante los últimos días. Volvía a bailar tangos por el abismo con el humo del cigarrillo que se desenvolvía en nuevas enarmonías de mis pasados más desahuciados. Volví a preocupar a las luciérnagas que nos observaban charlar por las tardes cerca a tu casa y al lago de los patos que perfectamente podría ser un estanque para una película de asesinatos y tragedias. Mi yo consciente de lo que se viene sigue pasmado mientras deshoja los pétalos que solo viven en la memoria del tacto de mis manos. daniel está muy preocupado por saberse en el inicio de un gran dilema. de...

El Vals del Muñeco

Alguien va a desordenar ésto, y lo otro y lo de la esquina y lo del piso. Por éso jamás me gustó ordenar ni ordenarme. Los pesqueros con los que dormía quedaban sobre una silla de caoba, los zapatos bajo una cama y lo demás sobre un cubo lleno de mierda con colores que usé de pequeño. Me la paso solo porque mis papás no están acá, aunque disfruto el tiempo con los demás, me gusta encerrarme y pensar que tengo ansiedad y depresión por no tener mamá, salgo de noche sin permiso al parque de esta pequeña ciudad a respirar por falta de razonar, rimo en verso libre con verbos en infinitivo y salgo a hacer deporte con el balón y la guayera bien ajustada a un hombro. Me gusta perder el tiempo con el celular o la consola. Ahí quien dice que el alcohol y los garros son malos, pero jamás voy a probarlos porque quiero tener una vida sana, además saben feo. En la adolescencia les repetiré a mis padres lo mucho que quiero estar ellos, porque ellos me lo han dado casi todo. aunque desearía otros j...

Carta XXVI

COLD IN HAND BLUES     y qué es lo que vas a decir voy a decir solamente algo   y qué es lo que vas a hacer   voy a ocultarme en el lenguaje   y por qué tengo miedo -Alejandra Pizarnik. To LFR. 2 9, de   Abril de   2017 Querida Julia: Te escribo moribundo, dentro de estas cuatro paredes que se van cayendo con cada letra de mis palabras, y la puerta que llaman ya. Lamento tanto tener que despedirme así, de esta manera, como lo hacía cuando cobardemente evadía tus miradas al compartirte una idea simple, de esas que pensábamos al pasear por el parque. Y tú pensarás: “Pero Fernando, yo siempre te advertí de que tuvieses cuidado con lo que era demasiado brillante para ver.”, y si, querida Julia, tenías razón. No tuve cuidado, al ver en su más impío estado la mayor obra de arte que pueda existir, la casualidad. La miré desnuda, sin su manto puesto por Diana ni por Venus, a los ojos y a s...

UN CUENTO DE GUERRA

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A Rafael Avella, Santiago Vargas, Guillermo Fonseca, Rafael Torres, Sebastian Ávila, Carlos Rodriguez, Alejandro Lozano, Andrés Güechá, David Becerra, Felipe Becerra, y a todos los sobrevivientes de su bélica imaginación, a los que les era desconocida su inmortalidad.  AQUILES: Más valía el tiempo en que no había Hades. Entonces andábamos entre bosques y torrentes, y, lavado el sudor, éramos niños. Entonces cada gesto, cada ademán era un juego. Éramos recuerdo y ninguno sabía. ¿Teníamos valor? No lo sé. No importa. Sé que en el monte del centauro era verano, era invierno, era toda la vida. Éramos inmortales.  Cesare Pavese, Los dos.  No sabían por qué razones estaban luchando, en algún momento de la batalla habían decidido dejar de complicar sus vidas en la irremediable búsqueda de argumentos racionales que justificaran su vehemente actuar.  Ni siquiera sabían cómo habían llegado tan lejos, sólo recordaban aquella mañana en que un grito les había a...

El Barro de mis zapatos

Era sentirme como las uvas siendo holladas con cada destello de tiempo que me obsequiaba desde la mirada, y con ansiedad en cada poro de mi piel pegachenta por el sudor de la enfermedad, le decía:  No sé qué quiero hacer con mi vida a futuro, no tengo apoyo hacia mi amor por el conocimiento de toda área. Mis notas son aceptables... pero no demuestran que sea inteligente ante el modelo que nos evalúa, por éso tal vez empecé a justificarme en las inteligencias múltiples para no sentirme tan inútil y así crecer un poco. El ego lo llevo a tope rasgando el claro de los ríos, las piedras, una canción de Serú Girán, rasgando todo, mierda y perfumes caros, así decían que era mi ego, pero yo me negaba a que lo vieran tan dañino. Decían que escribir y leer demasiado ya te volvía el putísimo amo, todos te miraban alto y decían: Vaya... ése va a hacer algo con su vida. Pero no saben que ya había bebido con frecuencia inverosímil para mi edad, que lo prohibido me dejaba ganas de otra vez, uno...

El mismo de siempre.

Tal vez no soy tan diferente, ¿sabes? Tal vez no soy tan diferente a todos aquellos que ven el paso del tiempo sin vacilar cómo cada estruendo de la marcha cumple un sigiloso movimiento en los polvos del reloj. Ni mucho menos a aquellos que corren ansiosos a suplicarle unas sobras de amor a la mujer que lo ha dejado todo en el lecho. ¿Qué curioso, no? Yo que siempre pensé que lo primero que se conocía en el enamoramiento era la interacción exclusiva del amante con la amada, pero no, quizá es por eso mismo que no hay en el mundo una persona que sepa diferenciar el amor del enamoramiento. Tantas veces que soñaba, inspirado por los atardeceres llaneros, con un rostro pálido y luminoso, que fuese exclusivo para mi apreciación, como… una obra de arte que está guardada celosamente bajo llave. Pero no, simplemente no puede ser de tal manera, ya sabes como dicen: “la agonía es larga pero la muerte es segura”. El enamoramiento sería imposible si fuese mutuo. Sólo existe tal arte cuando no e...