Carta del 21 de octubre de hace muchos años

 Hasta hoy logré animarme a escribir toda la mescolanza en la que he estado bailando desde ayer. Yo sabía lo mal que iba a sentirme, yo sabía que el tiempo no es inextinguible como el dolor de tu ausencia. Yo sabía que me iban a terminar. Ya no siento que pueda escribir mi confesionario en las cartas, ya ni siquiera sé cómo debería sentirme con esta pérdida. A ti, lectore, te incomodo con lo que me ha hecho un ser triste durante los últimos días. Volvía a bailar tangos por el abismo con el humo del cigarrillo que se desenvolvía en nuevas enarmonías de mis pasados más desahuciados. Volví a preocupar a las luciérnagas que nos observaban charlar por las tardes cerca a tu casa y al lago de los patos que perfectamente podría ser un estanque para una película de asesinatos y tragedias. Mi yo consciente de lo que se viene sigue pasmado mientras deshoja los pétalos que solo viven en la memoria del tacto de mis manos. daniel está muy preocupado por saberse en el inicio de un gran dilema. de...

El Vals del Muñeco

Alguien va a desordenar ésto, y lo otro y lo de la esquina y lo del piso. Por éso jamás me gustó ordenar ni ordenarme. Los pesqueros con los que dormía quedaban sobre una silla de caoba, los zapatos bajo una cama y lo demás sobre un cubo lleno de mierda con colores que usé de pequeño. Me la paso solo porque mis papás no están acá, aunque disfruto el tiempo con los demás, me gusta encerrarme y pensar que tengo ansiedad y depresión por no tener mamá, salgo de noche sin permiso al parque de esta pequeña ciudad a respirar por falta de razonar, rimo en verso libre con verbos en infinitivo y salgo a hacer deporte con el balón y la guayera bien ajustada a un hombro.

Me gusta perder el tiempo con el celular o la consola. Ahí quien dice que el alcohol y los garros son malos, pero jamás voy a probarlos porque quiero tener una vida sana, además saben feo. En la adolescencia les repetiré a mis padres lo mucho que quiero estar ellos, porque ellos me lo han dado casi todo. aunque desearía otros juegos y salidas más. Les haré una comida para una ocasión especial, lo merecen como prueba de querer. A mi mamá... no la he tenido mucho, pero... me esforzaré por entablar una relación en la que yo debo dar más. 

Tenemos una salida con el colegio y ay emoción en todos, miraré a quien me gusta desde la fila de las atracciones mientras ella se vaya a sentar con sus amigas. Luego me diré por qué no le hablaste, pero será tarde, estaré en casa y dejaré el riesgo para el otro día. No me gustan las tareas, puedo jugar en ves de éso. El fin de semana estaremos en familia y quiero jugar con mis primos grandes, ojalá no me dejen como policía en el juego de correr. Tampoco quiero que mi papá se emborraché, nos pondrá problemas y herirá de nuevo; ya hay suficiente con el amigo que me irrumpe en las 3 al dormir.
Sí tengo un amigo, y justo ahora me pide que le escriba para presentarlo, no imagino lo que mis papás digan al leerme, jamás quise escribir, que aburrido, pero él no me dejará dormir en mi cama si no termino la carta esta noche. Se llama Teodoro, vivió acá, osea, no vivió, murió siendo un feto y como fantasma creció, o algo así, jamás le entiendo bien. 

Quiere que lo adoptemos y le de mi cuarto, yo pasaría a la sala y probablemente pueda jugar hasta muy tarde, asi que no me disgusto; el usa overol negro de materal de ese que es como que caro, este esta un poco sucio y dañado pero no pierde el brillo. Sus ojos brillan con esmalte y su cara tiene pómulos rosas con maliciosa sonrisa, no se que signifique eso, sigo el dictado de sus voz.

Mañana él me dijo que no iría a estudiar, que el se encargaría de que no me pillaran, le respondi con una sonrisa afectiva y le dije que que ivamos a hacer. A esto me respondió gallardamente, otra palabra que no me sé, vamos a bajar de peso, se que te incomodan esos kilos. Le agradecí, amaneció y mis padres se fueron, nadie me notó. Le dije que como me bajaría de peso. El respondió, al acto que se me agito la respiración, con un juego. Jugamos con una esfera llamada Cleister, perdí mucho aunque el me dió mas oportunidades. 

Mi cuerpo yacía en el suelo inanimado, tampoco me sé ésta, y el ya se iba a retirar del todo. Nos dimos un largo abrazo y le pedí que me devolviera a mi pedazo de grasa con carne. Su gesto cambió y su cuerpo se ensanchó hasta mi techo, un aura negra le envolvió todo y de un golpe me reventó cada diente y vena de mi alma, su voz cogió un tono obscuro y malévolo, me miró con ojos violeta sangrantes y de dolor, dijo: No soy a quien debes pedir favores, si aun crees, reza; si no, llora, llorar expulsa tu alma del cuerpo, probablemente la saques de donde estas.

No contuve lágrimas ni miedo, me escondí bajo mi cama y la adrenalina del cuerpo le hizo latir más rápido mientras yo sentía por un pedazo de grasa y no por mi ignorante alma. Saqué todo sentimiento para dejar en la nimiedad a mi cerebro, salí y dije: Un hijo de puta ha estado desordenando ésto.

Tomo mi cuello y experimenté dolor superior al ver a una chica a la que jamás le pude hablar. Con lástima me despedí de la vida sin poder decirle a nadie lo que quize. Teodoro me llevó de la mano y empecé a aprender.

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