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Mostrando las entradas de abril, 2017

Carta del 21 de octubre de hace muchos años

 Hasta hoy logré animarme a escribir toda la mescolanza en la que he estado bailando desde ayer. Yo sabía lo mal que iba a sentirme, yo sabía que el tiempo no es inextinguible como el dolor de tu ausencia. Yo sabía que me iban a terminar. Ya no siento que pueda escribir mi confesionario en las cartas, ya ni siquiera sé cómo debería sentirme con esta pérdida. A ti, lectore, te incomodo con lo que me ha hecho un ser triste durante los últimos días. Volvía a bailar tangos por el abismo con el humo del cigarrillo que se desenvolvía en nuevas enarmonías de mis pasados más desahuciados. Volví a preocupar a las luciérnagas que nos observaban charlar por las tardes cerca a tu casa y al lago de los patos que perfectamente podría ser un estanque para una película de asesinatos y tragedias. Mi yo consciente de lo que se viene sigue pasmado mientras deshoja los pétalos que solo viven en la memoria del tacto de mis manos. daniel está muy preocupado por saberse en el inicio de un gran dilema. de...

SHE´S LIKE A RAINBOW.

Soy carcelero de un cielo que no pertenece a nadie. Me procuré unos colores preciosos, que no combinan con el acre que me envuelve, con esa oscuridad que soy, sin querer, ese desafortunado contraste que me aleja de vos.  Los días son cielo, son verdes, son azules, son arcoíris desde que te rapté, desde que he hecho verbo tu imagen esperando, desde que tu luz ha prosperado en mi. Soy un carcelero atormentado, que no encuentra la manera de liberar de su presidio esta insensata desesperación, que grita beodo, sus confesiones mudas, que se para frente a vos y te mira en silencio, como quien vuelve a ver el cielo, aplacado, de hinojos, buscando en algún lugar de tu mirada la morada de Dios, rezando en lágrimas unas plegarias que la insolente altivez de la inmensidad ignoran. Así de lejana, de etérea, de profunda, como se observa el cielo mientras se añora lo desconocido.  Vos no te decides, no me miras, no me dices nada. Soy dita de una vieja soberbia, que hoy pago con creces,...

DE LO QUE FUI, DE LO QUE SOY, DE LO QUE SERÉ

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Sabía yo creer  el cuento sin razón,  al hada, la bruja y a vos,  sabía correr, podía reír  y creo también que era feliz.  (...) Un día descubrí  que empezaba a crecer, sentí, lloré y creí, de pronto fui un varón que no tenía mujer, y quise poderla conseguir, ¡que tonto fui! se rió de mí y qué iba yo a hacer: me reí también. Y ahora miro atrás un poco y hace tanto que pasó y todo lo que yo amaba ya no es mío y se escapó. Y ahora estoy tan confundido, nieve y humo alrededor, ¿Dónde está el sol? ¿Dónde está Dios? Dime quién me lo robó. Charly García, Dime quién me lo robó.  La poesía es la única compañera  acostúmbrate a sus cuchillos que es la única. Raúl Gómez Jattin, De lo que soy.  Continúo fielmente los pasos de Rimbaud (...) Yo escribo un poema cada año, van saliendo por el recto las letras doloridas (...) Mi poesía es un veneno, todos merecen morir envenenad...

A LA DERIVA

En medio de la noche sobre la mar bravía Donde las grandes olas aumentan en furor Sin la luz de un lucero que me sirva de guía Huracanados vientos aumentan mi temor. Oculto está en la sombra lo que ayer se viera Las velas de mi barco ya no se dejan ver Parece que el mástil muy pronto se rompiera Y la sumisa quilla no quiere obedecer. En medio de la noche me encuentro a la deriva Estoy sobre las olas y a la merced del viento Las cosas naturales atentan con mi vida Y a mi mente acuden ahora sus recuerdos. Eolo con su tropa se encuentra enfurecido El mar embravecido arrastra mi velero En medio de este caos me encuentro aquí perdido Y solo tus recuerdos confirman que te quiero. El viento enfurecido arrastra mi velero La tempestad avanza con rumbo al continente Y a la madrugada si no calma primero En los acantilados me esperara la muerte. Si estuviera en tierra acudiría a tus brazos Aquí tan solo tengo tu imagen en mi mente Ay...

EL TRISTE

"Frívolo y disperso, aficionado en todos los campos,  no habré conocido a fondo más que el inconveniente  de haber nacido." Emil Cioran, El aciago demiurgo. En el vetusto escaño del solitario parque Mirando hacia la nada muy quieta la cabeza Cuando agoniza el día en horas de la tarde Se encuentra aquel anciano muriendo de tristeza. Cargado con los años su cuerpo allí descansa Sus temblorosas manos sostienen un bastón Su mirada perdida que ya mirar no alcanza Parece reflejar un algo, una visión. Parece que sonríe su rostro lo refleja Pero en sus ademanes dolor manifiesta La alegría no vive, allí no existe fiesta Su corazón esta lleno de infinita tristeza. Las cosas se suceden sin molestar nada Como si no existieran a su alrededor Las cosas que fluctúan están todas en calma A éste no lo asiste alegría ni dolor. En esta quieta tarde no hay nada que lo anime A su mente no llegan ni la risa ni el llanto La tristeza constante a...