Carta del 21 de octubre de hace muchos años

 Hasta hoy logré animarme a escribir toda la mescolanza en la que he estado bailando desde ayer. Yo sabía lo mal que iba a sentirme, yo sabía que el tiempo no es inextinguible como el dolor de tu ausencia. Yo sabía que me iban a terminar. Ya no siento que pueda escribir mi confesionario en las cartas, ya ni siquiera sé cómo debería sentirme con esta pérdida. A ti, lectore, te incomodo con lo que me ha hecho un ser triste durante los últimos días. Volvía a bailar tangos por el abismo con el humo del cigarrillo que se desenvolvía en nuevas enarmonías de mis pasados más desahuciados. Volví a preocupar a las luciérnagas que nos observaban charlar por las tardes cerca a tu casa y al lago de los patos que perfectamente podría ser un estanque para una película de asesinatos y tragedias. Mi yo consciente de lo que se viene sigue pasmado mientras deshoja los pétalos que solo viven en la memoria del tacto de mis manos. daniel está muy preocupado por saberse en el inicio de un gran dilema. de...

EL TRISTE

"Frívolo y disperso, aficionado en todos los campos, no habré conocido a fondo más que el inconveniente de haber nacido."Emil Cioran, El aciago demiurgo.




En el vetusto escaño del solitario parque
Mirando hacia la nada muy quieta la cabeza
Cuando agoniza el día en horas de la tarde
Se encuentra aquel anciano muriendo de tristeza.

Cargado con los años su cuerpo allí descansa
Sus temblorosas manos sostienen un bastón
Su mirada perdida que ya mirar no alcanza
Parece reflejar un algo, una visión.

Parece que sonríe su rostro lo refleja
Pero en sus ademanes dolor manifiesta
La alegría no vive, allí no existe fiesta
Su corazón esta lleno de infinita tristeza.

Las cosas se suceden sin molestar nada
Como si no existieran a su alrededor
Las cosas que fluctúan están todas en calma
A éste no lo asiste alegría ni dolor.


En esta quieta tarde no hay nada que lo anime
A su mente no llegan ni la risa ni el llanto
La tristeza constante al pobre lo deprime
Ni las aves lo animan siquiera con su canto.

Al declinar el día muy solo allí se encuentra
No hay nadie que distraiga su gran concentración
Las cosas que lo animan están a la reversa
La tristeza es su amiga cuando se oculta el sol.

Mirando a la deriva el paso de la tarde
Cuando en el ocaso el astro rey nos deja
Sentado en un escaño del solitario parque
Se encuentra agonizando el rey de la tristeza.

Su cuerpo apenas carga el peso de los años
Su rostro manifiesta la inmortal fatiga
Sentado, allí en la tarde sobre el vetusto escaño
Allí se encuentra solo, sin una mano amiga.


Si la tristeza exige conservar su memoria
Mirando al infinito allí a través del tiempo
Como aquellos titanes que llegan a la gloria
Encuentra en este triste aliado monumento

En horas del ocaso el tiempo más bonito
Recordando este triste cuyas pupilas miro
Diré: que vi en el parque mirando al infinito
En unos quietos ojos, dos fuentes de zafiro

Con las postreras luces con que muere la tarde
Cuando la sombra amiga nuestras pupilas besa
En el vetusto escaño del solitario parque
Un hombre está muriendo de infinita tristeza.




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