Carta del 21 de octubre de hace muchos años

 Hasta hoy logré animarme a escribir toda la mescolanza en la que he estado bailando desde ayer. Yo sabía lo mal que iba a sentirme, yo sabía que el tiempo no es inextinguible como el dolor de tu ausencia. Yo sabía que me iban a terminar. Ya no siento que pueda escribir mi confesionario en las cartas, ya ni siquiera sé cómo debería sentirme con esta pérdida. A ti, lectore, te incomodo con lo que me ha hecho un ser triste durante los últimos días. Volvía a bailar tangos por el abismo con el humo del cigarrillo que se desenvolvía en nuevas enarmonías de mis pasados más desahuciados. Volví a preocupar a las luciérnagas que nos observaban charlar por las tardes cerca a tu casa y al lago de los patos que perfectamente podría ser un estanque para una película de asesinatos y tragedias. Mi yo consciente de lo que se viene sigue pasmado mientras deshoja los pétalos que solo viven en la memoria del tacto de mis manos. daniel está muy preocupado por saberse en el inicio de un gran dilema. de...

SHE´S LIKE A RAINBOW.


Soy carcelero de un cielo que no pertenece a nadie. Me procuré unos colores preciosos, que no combinan con el acre que me envuelve, con esa oscuridad que soy, sin querer, ese desafortunado contraste que me aleja de vos. 

Los días son cielo, son verdes, son azules, son arcoíris desde que te rapté, desde que he hecho verbo tu imagen esperando, desde que tu luz ha prosperado en mi. Soy un carcelero atormentado, que no encuentra la manera de liberar de su presidio esta insensata desesperación, que grita beodo, sus confesiones mudas, que se para frente a vos y te mira en silencio, como quien vuelve a ver el cielo, aplacado, de hinojos, buscando en algún lugar de tu mirada la morada de Dios, rezando en lágrimas unas plegarias que la insolente altivez de la inmensidad ignoran. Así de lejana, de etérea, de profunda, como se observa el cielo mientras se añora lo desconocido. 

Vos no te decides, no me miras, no me dices nada. Soy dita de una vieja soberbia, que hoy pago con creces, cuando agachas la cabeza y le niegas el cielo al mundo, cuando me golpea en la noche la certeza de tu ausencia, cuando en lo más solitario de la tarde pienso: ¿Quién es carcelero de quién?

Yo, insisto en arrastrarme a ti entre la inmundicia de mis pensamientos, soterrando verdaderas posibilidades en busca de ese sueño que eres, sorteando el filo de los recuerdos hasta hallarte allí, sentada en el cenáculo, aguardando tras la mesa, bebiendo de mi sangre, cenando con mi carne desabrida, pronunciando esas palabras que jamás dirás, que invento una tras otra, absorto en mi fantasía. Contando esos pasos hacia el sitio donde descansas tu y una parte de mi que pasas por alto, escuchando las tonadas profanas que acompañan esas maneras tuyas, agobiado por un deseo, siempre oculto, bajo la nobleza de tus labios. Y ahora lo puedo decir con certeza... 

- She´s like a rainbow. 

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