Carta del 21 de octubre de hace muchos años

 Hasta hoy logré animarme a escribir toda la mescolanza en la que he estado bailando desde ayer. Yo sabía lo mal que iba a sentirme, yo sabía que el tiempo no es inextinguible como el dolor de tu ausencia. Yo sabía que me iban a terminar. Ya no siento que pueda escribir mi confesionario en las cartas, ya ni siquiera sé cómo debería sentirme con esta pérdida. A ti, lectore, te incomodo con lo que me ha hecho un ser triste durante los últimos días. Volvía a bailar tangos por el abismo con el humo del cigarrillo que se desenvolvía en nuevas enarmonías de mis pasados más desahuciados. Volví a preocupar a las luciérnagas que nos observaban charlar por las tardes cerca a tu casa y al lago de los patos que perfectamente podría ser un estanque para una película de asesinatos y tragedias. Mi yo consciente de lo que se viene sigue pasmado mientras deshoja los pétalos que solo viven en la memoria del tacto de mis manos. daniel está muy preocupado por saberse en el inicio de un gran dilema. de...

A LA DERIVA

En medio de la noche sobre la mar bravía
Donde las grandes olas aumentan en furor
Sin la luz de un lucero que me sirva de guía
Huracanados vientos aumentan mi temor.


Oculto está en la sombra lo que ayer se viera
Las velas de mi barco ya no se dejan ver
Parece que el mástil muy pronto se rompiera
Y la sumisa quilla no quiere obedecer.


En medio de la noche me encuentro a la deriva
Estoy sobre las olas y a la merced del viento
Las cosas naturales atentan con mi vida
Y a mi mente acuden ahora sus recuerdos.


Eolo con su tropa se encuentra enfurecido
El mar embravecido arrastra mi velero
En medio de este caos me encuentro aquí perdido
Y solo tus recuerdos confirman que te quiero.


El viento enfurecido arrastra mi velero
La tempestad avanza con rumbo al continente
Y a la madrugada si no calma primero
En los acantilados me esperara la muerte.


Si estuviera en tierra acudiría a tus brazos
Aquí tan solo tengo tu imagen en mi mente
Ayúdame ahora a corregir el fracaso
No quiero en esta forma llegar al continente.


Soporta entre tus manos el ancla salvadora
Acude a tu Dios con ferviente oración
Que sólo su ayuda eficaz en esta hora
Su aporte milagroso será mi salvación.


En medio de este ruido que siento en esta hora
Parece que escuchara tu voz, tu palpitar
Aprieto entre las mías tu mano salvadora
Y siento los deseos de llevarte a soñar.


Las encrespadas olas se estrellan con mi barco
Las aguas me salpican y empiezo a sentir frio
Como añoro ahora el abrigo de tu manto
Que en las noches de luna me diste tú, amor mío.


Ahora los temores en esta mi agonía
Se estrellan en la sombra con desesperación
Encuentran la confianza que aporta la estadía
De los bellos recuerdos que me dejo tu amor.


Usare con esmero de tu amor la confianza
Esa confianza inmensa que me da tu recuerdo
Y si la suerte ayuda, con fe, con esperanza
Después de la tormenta buscare en ti mi puerto.

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