Carta del 21 de octubre de hace muchos años

 Hasta hoy logré animarme a escribir toda la mescolanza en la que he estado bailando desde ayer. Yo sabía lo mal que iba a sentirme, yo sabía que el tiempo no es inextinguible como el dolor de tu ausencia. Yo sabía que me iban a terminar. Ya no siento que pueda escribir mi confesionario en las cartas, ya ni siquiera sé cómo debería sentirme con esta pérdida. A ti, lectore, te incomodo con lo que me ha hecho un ser triste durante los últimos días. Volvía a bailar tangos por el abismo con el humo del cigarrillo que se desenvolvía en nuevas enarmonías de mis pasados más desahuciados. Volví a preocupar a las luciérnagas que nos observaban charlar por las tardes cerca a tu casa y al lago de los patos que perfectamente podría ser un estanque para una película de asesinatos y tragedias. Mi yo consciente de lo que se viene sigue pasmado mientras deshoja los pétalos que solo viven en la memoria del tacto de mis manos. daniel está muy preocupado por saberse en el inicio de un gran dilema. de...

Venas En Purga

Me eseñaste a amar.

Eres un rostro perdido en esta incansable necesidad de ver caras.
Ers una pequeña muestra de la lujuria que puede expresar tan quinceañera mirada.
Una pequeña gran muestra de que los besos pueden llegar aunque nunca fueron dados, imaginados.
Solo soñados en sangre palpable.

Enamoraste cada parte de mi y te odio por eso, realmente te odio porque he tratado toda mi vida de creer que podría matar lo más profundo de mis pesares con ácidos claros.
Pero llegaste tú, tan tímida que parecías miel con sal.
Llegaste para ya no irte y te odio, te odio con cada centímetro de mi al que le diste vida para luego irte.
Y yo ya no sé qué hacer con este cuerpo vivo pero sin vida.

Si tan solo pudiera mirarte a los ojos y decirte cuán odiosa es la vida que creaste y jamás guiaste,
te daría un poco de este cálido aceite que mueve sin rastro mi viejo cuerpo.
Pero no estás y debo gritarlo.
Te fuiste y dejaste huellas en este camino helado por el que nunca pasaste.


Y aún tienes el descaro de cantar y soñar mientras sigo esperando que acaricies mis venas con tu alma.

Espero me oigas para que calles más de lo que yo lo hago.
Porque si, te odio, te odio, te odio.
Con todo mi más profundo sentimiento de amor.

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