A Juan Manuel Pérez Ojeda, porque mis promesas más que deudas son quimeras,
porque una muy pequeña parte de esta fantasía corre por sus venas,
porque a ambos nos dijeron ‘que te vaya bien’
y respondimos ‘buena suerte y hasta luego’
Ayer, sueño.
Hoy, recuerdo.
¿Cuándo realidad?
Rogelio Echavarría, Biografía
¿Te acuerdas cuando hablábamos de nuestros sueños? Eran nuestras charlas más largas, durábamos horas y horas hablando de lo que habíamos soñado, de posibles significados, de posibles predicciones del futuro, como si los sueños fueran burbujas que nos lanza el destino para irnos avisando, para orientarnos, para que no desviemos el camino. Y todo ese visaje porque quedaste traumada con lo que le pasa a Monica Bellucci en Irreversible, y porque yo te dije una vez que las películas las sentía como si fueran sueños que aún no había tenido, y por eso es que para nosotros el cine y los sueños iban de la mano. Todavía recuerdo la tarde entera en que discutimos sobre 500 days of Summer, y que yo te decía que Summer era lo peor de la vida y Tom era un pobre mártir del amor, y tú me decías que Tom era un imbécil y que Summer eras tú, y entonces yo me callé y te reíste de mi cara de imbécil, de mi cara de Tom Hansen, porque ¿te acuerdas que me decías que yo me parecía mucho a Joseph Gordon-Levitt?, y yo neee, ni a palo, pobre Joseph, qué me voy a parecer a él, si él es un biscochazo que se levanta hasta a Scarlett Johansson en Don Jon, y yo no levanto ni el polvo, te levanté a ti pero mira nada más cómo resultó todo, porque si hay algo de realidad en todas esas películas que vimos es justamente esto. ¿Te acuerdas cuando vimos La la land? A mí en lo personal los musicales nada que ver, pero esa joya de Damien Chazelle me mató, incluso más que Singin´in the rain, con eso te digo todo. Me acuerdo que salimos del cine y yo estaba todo ido, como en otro planeta, y prendí un cigarrillo mientras pasábamos por el parque nacional y ahí sí que paila, uuup on melancholy hill, como dice la canción de Gorillaz. Me acuerdo que tú me preguntaste si lo que me había puesto así había sido el final, y yo te dije que claro, que cómo no me iba a poner así con eso, ni que no tuviera sentimientos, ese epílogo me había hecho soñar y luego me había arrojado a la realidad, y entonces yo pensé que uno nunca iba a terminar con el amor de su vida, que los grandes amores están destinados a acabar sí o sí, y que uno luego se conseguía cualquier cariño para reemplazarlo, creo que eso fue lo que me puso mal, porque el final me encantó, si hubiesen quedado juntos me habría ido a la taquilla a reclamar la plata porque qué maricada. Es que esa parte en que suena City of stars y salen unas imágenes en super 8 es matadora, a parte que ahí la canción va más lento, va como pu-pu-ru-ru parara pu-pu-ru-ru parara, pum-puru-paaaam…pam-parara-pampampam, pu-pu-ru-ru parara pu-pu-ru-ru parara, pum-puru-paaaam…pam-parara-pampampam, y perdona que la tararee así de horrible pero es que si supiera de música te dirías las notas o algo, y si supiera de vida te diría otras cosas que no fueran estas, te diría que he hecho esto o aquello pero ya sabes que no hago nada, que no me pasa nada, no hay nada que contar, no me quedan más que los recuerdos y las películas y los libros y las canciones, y a este paso me van a quedar solo los recuerdos de los recuerdos y los sueños de los sueños, nada que hacer, las manecillas de mi cabeza solo apuntan hacia ahí, era lo que tu decías, yo no hablo de nada más, soy como un reloj que apunta siempre a los mismos números, tic tac tic tac, una y otra vez, y todavía me queda pila para más.
Tal vez la vida para nosotros no era más que un sueño, y el tiempo que estuvimos juntos lo vivimos justamente así, como soñando, no por nada te escribí dieciocho páginas de puros sueños, ¿las recuerdas?, que en todas esas páginas te conté cómo habías sido un sueeeeeeño de juventuuud que muere en tu adiooooos, te hablé del acróstico y de las memorias del olvido, del péndulo de la vida y de cómo eras un fantasma del pasado que se había convertido en viva imagen del presente, ¿no te acuerdas? Permíteme refrescarte la memoria con uno de esos muchos sueños:
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
SUEÑO DE UNA MIRADA SERENA
Un bus. Un destino. Nuestros amigos. Tú. Yo. Mirando por la ventana. Me piden que me baje. Lo hago. Me persigue una sombra. Soy yo. Es ese otro yo. Me quiere matar. Pero yo huyo. Me enfrento a ella. Vuelvo a tu lado. Estamos cayendo. Cayendo a un abismo de colores. Yo grito desesperado. Nadie me cree. Pero tú me miras. Y sonríes. Así que no hay cosa suprema a eso. Me entrego a la caída. A los colores. Todo por mirarte. Por verte sonreír. No hay tranquilidad superior a olvidar la caída mientras te miro, mientras me miras, mientras sonreímos. Despierto.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
También por eso me dio duro cuando Mia cantó en la audición y nos dedicó su performance a los soñadores, a the fools who dream, los tontos, por eso es que a diferencia de ti también me pareció respetable la actuación de Steve Carrel junto con Zack Galifianakis en esa película que no me acuerdo el nombre, porque muy en el fondo creo que yo soy como ellos, sobre todo como Steve y su apología a los soñadores. Y mira que aún no he dejado de soñar contigo, todavía el tiempo que paso a tu lado es puro ensueño. He tenido un sueño recurrente contigo, puede que las situaciones y los lugares sean distintos pero siempre es lo mismo: en algún encuentro casual que tenemos yo me hago el duro y te hablo de forma tosca, y entonces cuando ya estamos a punto de despedirnos tú me dices que aún me quieres, y yo me derrumbo y te abrazo, y nos besamos, y todo alrededor nuestro desaparece. Hoy el sueño cambió un poco, y esta vez yo no era tosco ni rudo sino todo lo contrario, y entonces tú pasabas a mi lado y me ignorabas y yo te perseguía y te agarraba la mano, te pedía un abrazo y te decía que todavía te quería, y tú te resistías y por eso me tocó abrazarte a las malas, pero entonces tú también cedías y me decías que nunca habías dejado de amarme. Cuando me desperté pensé en dos citas, la primera de Drácula: he cruzado océanos de tiempo para encontrarte, ¿la recuerdas?, y la segunda de Los versos satánicos: yo echo raíces en las mujeres a las que amo. A ti te consta que todo este tiempo te había dejado tranquila, pero es que ya esto me agobia, ya los sueños han dejado de ser los espacios de vuelo que solían ser, y se han convertido en un callejón sin salida, no sé si eres tú o soy yo, no sé si así es la vida, no sé si es que eso es parte de crecer, si es que con el tiempo hasta los sueños dejan de ser sueños, así como la vida hace rato ha dejado de ser vida, así como la realidad a cada rato ya no es lo que uno creía. Ya a uno le toca es preguntarse ¿qué son los sueños?, ¿qué es la vida?, ¿qué es la realidad?
Mira que ahora, con la parcial lógica que la distancia me permite articular las cosas, creo que todo tiene sentido. La verdad es que lo nuestro no iba para ningún lado, uno pensaría que eso es imposible, pero nosotros a lo bien estábamos como la canción de Calamaro: en el medio de ninguuun lugaaaar. El cine era como un sueño y la vida también era como un sueño, y entonces lo nuestro, por pura cancelación, era como una película, elemental mi querido Watson, todo muy bonito, todo muy bello, todo muy Moulin Rogue pero con bajo presupuesto, porque hay que admitir que yo no soy Ewan McGregor ni tú Nicole Kidman, para eso nos faltan unas sietes vidas de buenas acciones y ahí sí renacer superestrellas, por ahí de pronto por ahora alcanzo a John Leguizamo, al fin y al cabo ambos tenemos el mismo porte criollo, pero eso sí yo no caigo tan bajo como él en ese pozo séptico de El Paseo, ¡qué asco esa mierda!, todavía me duele el tiempo que le invertí, pero bueno, el caso es que, al igual que el sueño de una mirada serena, teníamos que despertar, la película tenía que terminar, porque qué pereza una película larga y eterna. De esto también hablamos, ¿te acuerdas?, que yo te insistía que a Apocalypse Now y a Schindler’s list les sobraba tiempo, y tú jmmmm, ni puta idea porque no las habías visto, pero callando y otorgando. Y esa fue la otra vaina, como todo era un sueño aceptábamos lo que venía y no cuestionábamos nada. No fue sino hasta que me dijiste que te vaya bien que yo te canté toda la tabla y en resumidas cuentas te dije que tus ideales valían verga, mejor dicho te dije que te vaya biennnn Missss Carrusel, aquí ya no pinnnto nada, y pues cómo más querías que actuara, si el guion no llegaba hasta ahí, me tocó improvisar, y tú sabes que yo de improvisadas nada, cero talento, al menos ahí sí me puede ganar John Leguizamo.
No sé tú pero yo todavía me acuerdo del día del karaoke, que pusieron Voy a vos, y mientras tú la cantabas yo me acerqué a tu oído y te dije si vos te vas no queda nada, y entonces luego me echaste la mirada de te quiero, la mirada de tranquilo, no me voy a ir. ¿Recuerdas esa mirada? Tú me dirás que cómo carajos te vas a acordar si no la viste, cómo ibas a ver tu propia mirada, y tienes toda la razón, es que tú sabes que digo pendejada tras pendejada. Para qué te voy a decir mentiras, ni yo me acuerdo de esa mirada, yo creo que fue una mirada cualquiera pero es que tú sabes cómo es uno de huevón. De lo que sí estoy seguro es que te fuiste y que todo lo demás quedó, al fin y al cabo the show must go on, ¿no? Me acuerdo también que querías aprender a tocar el ukelele, y no sé si ya estarás en esas, pero si sí entonces apréndete a tocar Amor finito de Kevin Johansen, yo juro y re-juro que esa es nuestra canción, y si te la aprendes algún día de estos entonces me llamas, y tú la tocas y yo la canto, qué más da, si yo te cantaba a cada rato porque con tu sonrisita me sonsacabas y yo cedía, y me acuerdo de ojos azuleeeees no lloreeeees no lloreeeees ni teeeeeenamoreeeeeees, ojos azuleeeees no lloreeeees no lloreeeees ni teeeeeenamoreeeeeees, y mira a ver si le pones cuidado a Sui Generis, deja de hacerte la de las gafas y sigue el ejemplo de tu primo, que qué días nos cantamos Aprendizaje a todo pulmón, y no es por nada pero fue un momento hasta más hermoso que cuando dormimos juntos. Yo aún sigo convencido que ni el amor supera la amistad, que incluso la palabra amistad lleva consigo el amor que ni la palabra amor puede expresar, por eso nunca te llamé miamormividamitodo, porque no eras ni mi todo ni mi vida ni mi amor, eso no es nada, eras mi gran amiga, solo eso, todo eso. Todavía me acuerdo de la primera vez que dormimos juntos, ¿tú te acuerdas? Todavía guardo la carta que me diste un par de días después, ¿tú aún tienes las mías?, yo la llevo en la billetera, bien dobladita como me la entregaste, me acuerdo que ya estaba a punto de entrar a clase y tú me llamaste para decirme que andabas por la u y querías saludarme, y entonces salí picado para la ché para encontrarme contigo y te acompañé hasta la salida, y al despedirnos me besaste y me abrazaste y me diste la carta, y luego para mí ya sería un hábito escribirte cartas a cada rato, la que más recuerdo es la que empezaba con una cita de Allen Ginsberg, ¿todavía la tienes? Y esa era otra cosa que sí que nos jodía, ¿no?, despedirnos era como despertarnos, precisamente, lo que me recuerda a Borges, que dice algo así como que el sueño no es cualquier descanso de la mente porque por algo a uno le duele despertarse, y yo me acuerdo que podíamos durar hasta horas despidiéndonos, y yo hacía hasta lo imposible para acompañarte lo más cerca de tu casa para que el rato durara más, por eso es que ese poema de Anna Ajmátova me dio también re duro, que dice no sabemos cómo decirnos adiós / erramos por ahí, juntos, hombro con hombro, y es que así era, ya ni sabíamos por dónde más meternos para gastar tiempo y estar juntos. Ahora todo eso me da risa, y es que si hubiésemos querido seguir juntos nos habría tocado estar soñando para siempre, y esa vaina es imposible, además de mamona, porque no supimos aterrizar ese idilio ridículo en lo cotidiano, por eso el tiempo lejos de ti era para mí cosa fatal, por eso las cartas y todo ese drama.
¿Te acuerdas de la lluvia artificial? Yo recuerdo que estaba en tu cama leyendo El coronel no tiene quién le escriba y tú te habías ido a duchar porque al día siguiente tenías que pegarte la madrugada del siglo y ni a palo bañarse tan temprano, y entonces cuando el coronel exclama “¡Mierda!” yo dejé de leer y escuché que estabas cantando city of staaaaars, are youu shining juuust foooor meee, city of staaaaars, there´s so much that I caaaaan’t seeee, y entonces así de fácil yo saqué el celular, entré a notas y escribí:
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
LA LLUVIA ARTIFICIAL
Afuera, la luna. Adentro, tú y yo. Tú estás en medio de aquella lluvia artificial, mientras yo espero en tu cama, leyendo. Y es en esa lluvia donde tus labios no tienen miedo de entregarse al frenesí del canto, son esas gotas hirvientes, que acarician tu cuerpo, las que mueven los engranajes de tu música. Y le agradezco a la vida por permitirme ser testigo de tu canto, porque fuera de tu canción soy ala seca. Pero odio a la vida por forzarnos a esto, por obligarnos a dejar de ser lo que somos, por alejarte de la orilla de esta cama que, sin ti, se levanta sobre un precipicio de rutina y cotidianidad. Pero no hay de otra, amor mío, ya saldrás de la lluvia y será mi turno, ya esconderás tu belleza y yo la mía, ya saldremos de tu casa e iremos a perdernos en aquel barco de locos, en aquella ciudad de putas derrotas… y así, sin darnos cuenta, ya hemos llegado hasta aquí, de nuevo a tu lecho, donde estamos a punto de jugar al cíclope, pero ya luego, tal vez ahora, tal vez mañana, saldrás de mi vida, y yo de la tuya.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Tú no te diste cuenta pero La lluvia artificial fue como mi ‘buena suerte y hasta luego’, porque es que ahí está clarito, no hace falta sino leer, ahí se ven muy bien los créditos de la película, ahí se ve que ya abríamos los ojos. No importa que me haya limpiado el culo con tus ideales ni que te haya leído lleno de rabia el poema de Lermontov, a propósito, ¿lo recuerdas?, A…, pero bueno, nada de eso importa, porque ya desde antes nos decíamos hasta la vista, baby. Bueno, en fin, no quiero joderte otra vez la vida, sólo quiero romper el silencio en el que me metiste, porque, como lo dice Lambert Schlechter, nunca te hablé tanto / como desde que ya no me escuchas. Y todavía no canto victoria porque nada garantiza que escuches este mensaje de voz, ¿por qué no me contestaste?, ¿estabas ocupada?, ¿sabías que era yo?, ¿aún recuerdas mi número a pesar de que lo borraste?, porque yo sé que lo borraste, ¿por qué me condenaste al asqueroso sistemacorreodevoztendrácobroapartirdeestemomentopiiiiiiii? Yo sé que sueno re exagerado pero a lo bien que sí, te hablé un montón sobre sueños y ahora te hablo un montón sobre recuerdos, la verdad que no te culpo por mandarme a volar, ¡que mamera andar conmigo!, por eso es que relax, no problem, buena suerte y hasta luego, ve a vivir mientras yo aquí me quedo. Y tú sabes que siempre tengo que leerte un poema porque ajá, yo no sé, ese es mi estilo, así que aquí va:

Y ahora sí que te vaya bien, hasta la vista señorita, chau. Y feliz año, por cierto, ya me toca colgar, tú sabes cómo es la familia que jode que la foto esto y que la foto lo otro, y hablando de fotos tú me debes una, nunca pagaste tus apuestas, a ver si este año cambias eso. Y a ver si yo también cambio esto. Aún me es difícil despedirme, mira nada más, llamaba para decirte buena suerte y hasta luego y terminé diciendo de todo, pero bueno, añonuevovidanueva, ¿no?... Eso dicen.
Comentarios
Publicar un comentario