Carta del 21 de octubre de hace muchos años

 Hasta hoy logré animarme a escribir toda la mescolanza en la que he estado bailando desde ayer. Yo sabía lo mal que iba a sentirme, yo sabía que el tiempo no es inextinguible como el dolor de tu ausencia. Yo sabía que me iban a terminar. Ya no siento que pueda escribir mi confesionario en las cartas, ya ni siquiera sé cómo debería sentirme con esta pérdida. A ti, lectore, te incomodo con lo que me ha hecho un ser triste durante los últimos días. Volvía a bailar tangos por el abismo con el humo del cigarrillo que se desenvolvía en nuevas enarmonías de mis pasados más desahuciados. Volví a preocupar a las luciérnagas que nos observaban charlar por las tardes cerca a tu casa y al lago de los patos que perfectamente podría ser un estanque para una película de asesinatos y tragedias. Mi yo consciente de lo que se viene sigue pasmado mientras deshoja los pétalos que solo viven en la memoria del tacto de mis manos. daniel está muy preocupado por saberse en el inicio de un gran dilema. de...

Humane pero nunca muerte. Lección 1.

Para les compañeres que ya andan llorando por un par de e's.
Para les amores más less que better.
Para les oprimides que creen saber lo simple.

Para el encierre de la palabra y los modismos previos y el beso.
Para les cantores más atrevides y bestiales.
Para la vida y el odio dentro de la misma carreta.

Para la puta Tan Tierna como oír A Navidad en cloaca de oro.
Para Quito, en Colombia, y Argentina en pie de muerte.

No hay peor eufemismo que decirle amor a la esclavitud.

No hay peor esclavo que el que acepta su esclavitud.
No hay peor composición que la inamovible.

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